La exposición improvisada de arte callejero de la noche pasada fue mi mejor obra, a juzgar por las noticias de esta mañana.
Y, como siempre, la cinta amarilla que pusieron alrededor de ella enmarca mi trabajo perfectamente.
L Mi hija reía mientras le besaba la frente, diciéndole: «Nunca crezcas». Un año después me encontraba besando su tumba; mi deseo...
XLIX El dentista sonrió mientras inyectaba la anestesia en mis encías. «Ahora cuéntame», me dijo, acercando su rostro. «Antes de que el...
XLVIII —Papá, siempre fuiste un ebrio violento que me hizo mucho daño cuando era niño. Y heme aquí, después de tantos años, parado frente...
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