- Esteban David Loyola Luque
- 30 jul 2020
- 1 Min. de lectura
XXVIII
Ambos detectives entraron al salón, el cual estaba repleto de cadáveres.
—¿Qué saben de la responsable?
—Al parecer los chicos se burlaban de ella, le decían cosas horribles y le hacían bromas pesadas. Hoy ella trajo un arma y los asesinó a todos. Al final también se dio un tiro.
—Entonces… ¿era compañera suya?
—No —respondió el detective mientras sacaba un cigarro—. En realidad era su profesora.
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