- Esteban David Loyola Luque
- 30 jul 2020
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XXVI
Cuando supe del tiroteo, me apresuré hacia la escuela de mi hermano, pues no contestaba las llamadas.
«Primero fueron doce muertes», escuché decir a un policía. «Pero hubo cinco muertes más porque uno de los niños escondidos en el gimnasio olvidó apagar su maldito teléfono».
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