- Esteban David Loyola Luque
- 30 jul 2020
- 1 Min. de lectura
XVI
Mi marido me agitó hasta despertarme… «Estás volviendo a hablar en sueños de nuevo».
Era mitad de la noche, en nuestra pequeña habitación de nuestro diminuto apartamento. Aturdida, confusa… estaba muy cansada.
«Lo siento». Le dije. «Simplemente gírate e intenta ignorarme».
«No puedo». Contestó él, alcanzando la luz de la mesita de noche. «Esta vez, he oído cómo alguien te ha respondido».
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