top of page

XLVII


Ser el primero en responder a un accidente automovilístico es lo más traumático que he visto como oficial de policía.

Pero hoy, cuando el cuerpo aplastado de un niño muerto, atado al asiento del coche, abrió los ojos y se rio de mí —y yo trataba de sacarlo—, supe inmediatamente que sería mi último día.

Entradas recientes

Ver todo
Microrrelato L

L Mi hija reía mientras le besaba la frente, diciéndole: «Nunca crezcas». Un año después me encontraba besando su tumba; mi deseo...

 
 
 
Microrrelato XLIX

XLIX El dentista sonrió mientras inyectaba la anestesia en mis encías. «Ahora cuéntame», me dijo, acercando su rostro. «Antes de que el...

 
 
 
Microrrelato XLVIII

XLVIII —Papá, siempre fuiste un ebrio violento que me hizo mucho daño cuando era niño. Y heme aquí, después de tantos años, parado frente...

 
 
 

Comments


© 2020 by Esteban David Loyola Luque - Lima, Perú

bottom of page